Acaso, uno de los placeres de editar un libro de Joseph Conrad es que, estés donde estés, frente a una pared o a un árbol, te coloca el mar, con sus mil caras, siempre delante.
En pleno verano nos vamos de vacaciones, pero nos quedamos trabajando; o dicho de otra forma, nos quedamos trabajando, pero nos vamos de vacaciones al estudio donde trabajó Joseph Conrad durante años.