La poesía desatada de Lupe Gómez por fin en castellano

23.09.2019

La poesía desatada de Lupe Gómez por fin en castellano

Publicado en OCULTA LIT
[Léase el artículo en Oculta Lit, aquí]
 
Elena Barrio 17 enero, 2017
 
 

Lupe Gómez (Fisteus, A Coruña, 1972) es una poeta, narradora, crítica literaria y periodista gallega. Pornografía (1995), Os teus dedos na miña braga con regra (Xerais, 1999), Poesía fea (Noitarenga, 2000), O útero dos cabalos (Espiral Maior, 2005) o Diálogos imposíbeis (Edicións Laiovento, 2010) son sólo algunos de los poemarios que conforman su obra. Su poesía, que ha sido publicada íntegramente en gallego, permanece inédita en español salvo en alguna antología.

«No soy ni guapa
ni fea.
Soy violenta».

A lo largo de su obra, la poeta gallega se deshace de la lógica y de los formalismos que caracterizan la poesía convencional para construir, a partir de un lenguaje directo y desatado, un imaginario íntimo y transgresor. El uso de las palabras y de las expresiones es inesperado porque el significado que encierran y la perspectiva que toma la poeta ante la realidad que comunica también lo son. Sin tapujos y con total libertad, Lupe Gómez habla en sus versos de su infancia humilde, de los mecanismos sociales que guarda esa Galicia rural aún católica y conservadora y, sobre todo, de lo que verdaderamente significa ser mujer y vivir en un cuerpo femenino.

«No tengo más vestidos
que los que me regalan
en la escuela.
Se portan bien conmigo.
Yo nunca me apoyo
en los niños grandes
porque me tiran
—son capaces—.
¿De qué vale que
me despeñe y
muera jugando?»

(Pornografía)

Parece que el poema, como un río, la arrastra, y ella se deja arrastrar, como una hechicera que baila en pleno trance alrededor de la hoguera. Ni siquiera obedece a los principios más básicos de la sintaxis. Empieza e interrumpe las oraciones según le conviene, siguiendo un ritmo interno que solamente tiene sentido dentro de ese microuniverso que crea con cada poema. Algunos son brevísimos, otros ocupan páginas enteras, pero hay una serie de tópicos que se repiten y vertebran su poesía: el sexo puramente carnal, el amor libre, la corporalidad humana como animal, la aceptación de la contradicción constante en uno mismo y la desestigmatización del vocabulario que solemos considerar no poético.

«En mi pueblo
sólo había una costumbre,
caminar con el pelo suelto
y los pechos caídos».

(Pornografía)

«En mi niñez
no hubo putas.
Cuando las vi
me deslumbraron».

(Pornografía)

Es fácil detectar en la poesía de Lupe Gómez un mismo esquema feminista, irónico, crudo, terrenal y deslenguado aunque, a la vez, el abanico de imágenes y escenas que nos trae parece casi infinito. Éstas configuran una mitología personal que, partiendo de lo íntimo, alcanza mucho más allá: manadas de elefantes, hipopótamos, leones, vacas con cuernos poderosos, maneras de hacer rurales que se enfrentan a las urbanas, monjas ignorantes, monjas caritativas, borrachos, edificios con personalidad propia, sangre viva, sangre inerte, bragas intactas, vestidos prestados…

«Querido John.
Te mando, con mucho cariño,
un árbol blanco. Esperar tus
cartas hace que la vida tenga sentido.
Te mando hipopótamos en la intimidad
blanca del papel. Tú me mandas una
foto de tu pueblo francés. Manchar
los folios es como manchar las bragas».

(Diálogos imposíbeis)

La violencia, en el sentido más amplio, es el eje que sustenta la poesía de Lupe Gómez y la calma parece que únicamente llega para el yo poético cuando éste asume que la tensión y la lucha de los elementos forman parte de la naturaleza humana más primitiva. Ahí encuentra su equilibrio: presentando la pelea constante entre los opuestos, la tensión necesaria en el sexo y en la vida, la expresión que surge de las entrañas, de la poesía libre, desatada.

«Los cuerpos se buscan
y se abrazan en la noche,
con deseperación,
con rabia. Me enamoro,
gritando, rompiendo
la oscuridad. Quiero
reconstruirme.
Mis ojos aman,
sin exactitud,
sin firmeza. Quiero
sentir en mí
la fuerza de los leones».

(O útero dos cabalos)

Las ediciones que he usado:

Diálogos imposíbeis (Edicións Laiovento, 2010)

Pornografía (Edicións Positivas, 2012)
La primera edición, de la autora, tiene fecha de 1995.

O útero dos cabalos (VIII Premio de Poesía Johán Carballeira, Espiral Maior de Poesía, 2005)

 

Algunos poemas más de Lupe Gómez

 

En Pornografía (1995):

Hemorragia interna

Sangro, sangro,
sangro, tanto como un hombre,
o más.

Lombrices

Una noche soñé
que salían animales
de mis ojos.
Cada animal
salía por una vena.
Y la oscuridad se hizo
más profunda.

Independencia

Aplastaré la matriz que
me envuelve para volver a
amar y sentir mi útero
libre y abierto. Lo haré con
amor, con poesía, con prisa.

En esta sociedad no hay
un discurso de la tolerancia

Sonreiré al cura
y al maestro
porque no tienen nada
que enseñarme.

 

En O útero dos cabalos (2003): 

El útero de los caballos

Estoy en el interior
del útero
de los caballos.
Atravesar los prados.
Rasgar las cuerdas vocales.
Abrir el incendio.
Bailar. La poesía
es matar. Morir.
Gritar. Con el estómago
abierto, para que entre
en nosotros el mar.
No quiero estar preñada
de cuchillos.
Quiero estar en el agua sucia,
con un vestido azul,
sin zapatos.
Me encantaría
marchar en el caballo.
Un caballo salvaje,
manso. Cruzar,
corriendo, el aire.
A veces quiero
ser valiente, y siempre
lo consigo. Tener el embarazo,
tener dentro de mi barriga
un árbol.
La borrachera, estar tirada
bebiendo.

Tengo dentro de mí una
estructura

Tengo dentro mí
un edificio, en mi cuerpo.
Una ciudad grande
en el corazón, una
estructura. Campos
de fantasmas. Elefantes
que corren.
El instinto, ese río
de vida y dolor y
tristeza. Quiero abandonar
el mundo urbano, regresar
a mi origen, al origen que
tengo marcado
en la cara. […]
Abrir la paz muerta,
liberarme. Quiero
la liberación de las
mujeres, quiero la risa,
mi risa alta. […]
No quiero
romper la estructura
rota y violenta que
hay en mí. Caer por las
ventanas, tirarme,
suicidio. Cantar,
con el cura, con las monjas,
en el prostíbulo. […]
Mi casa es
una casa llena de
sombras. Yo aspiro
a liberar las vacas,
presas en el engaño.
En el color rojo y
violento de las cosas,
en el invierno,
la lluvia. Romper
los pies, en la violencia.
Andar con los pies rotos
por todas partes,
llenando la casa
familiar. […]
Tengo un animal
en la garganta, un animal
que me invade.
Mi cuerpo,
la casa prostíbulo.